CITA
Página 21
Nada lejos del paseo de Sagasta se encuentra el café de Levante, en la calle Almagro. Allí se reunían poetas con esguinces y urgencias. He ido mucho a tomar un café por la mañana y a leer el periódico. He ido al atardecer cuando era necesario buscar un remanso. He ido para reencontrarme con personas a las que no he visto en años.
Al café de Levante le falta, eso sí, una echadora de cartas o que el vidente africano, el del pasquín en mi buzón de casa, tuviera una mesa. Conocer el futuro del Real Zaragoza sería un delirio. O el derrumbe definitivo.
UBICACIÓN
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