PLAZA ARIÑO

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Un poco más adelante, cuando la calle se ensancha en  la Plaza de Ariño, veo la estatua de Eduardo Jimeno, el hombre que a finales del siglo XIX rodó la primera película española que se conserva, La salida de misa del Pilar. Por algún extraño pudor, esta escultura no se colocó en un lugar más indicado, frente a la puerta sureste de la Basílica, tal y como el cineasta recogió sus imágenes. En lugar de ello, Jimeno ha sido desplazado a este rincón

desde el que enfoca con su rudimentaria cámara “Lumière” el fondo de la Plaza de Santa Cruz. De esta manera, el homenaje podría estar destinado a otro cineasta: el madrileño Emilio Martínez Lázaro, quien rodó en estos decorados callejeros algunas escenas de Carreteras secundarias.