CINE FUENCLARA

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El cine público es siempre el mismo: El Fuenclara, situado en el palacio de los condes del mismo nombre, un hermoso edificio renacentista ahora en manos de la Acción Católica.

Para entrar en el cine hay que hacer cola, durante una media hora, en el patio renacentista, con columnas y galerías. Pegados a la pared se guarda el turno y el vigilante del Central ayuda a los vigilantes del cine a mantener el orden. Se grita, se vocifera, se cantan colec- tivamente cantos regionales y alguno de moda en este momento como el Raskayú con el eufórico estribillo de «cuando mueras, ¿qué harás tú?», que entonado por todos a la vez resuena entre estremecedor y gamberro, que es lo que al personal le apetece ahora que todas las manifestaciones colectivas solo se aceptan en el fútbol.