CITA
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En la plaza de San Francisco se colocan, cuando llega la primavera, muchas terrazas. Una de ellas es la de una cervecería que hace esquina con la calle Baltasar Gracián. Y en ese mismo local hubo un librero al que le colocaban bombas por vender libros marxistas. Se llamaba José Alcrudo, trabajó en el Gran Hotel, fusilaron a su padre y a su tío y creyó en los libros como en un recinto sagrado. La música de Charlie Parker también sale del recuerdo. En la terraza de esa cervecería he estado con amigos en tardes donde el calor asfixiaba. En esa terraza he tomado Fanta de naranja después de fallar un premio literario donde sabía que jugábamos con la ilusión de autores inéditos, autores que se bañaban en la introspección o en las pérdidas como antesala de un trayecto. Salen nombres que han estado conmigo en esas terrazas, escritores de ideas rápidas como las de un jugador de hockey, escritores a los que no gusta la noria del absurdo y se alejan del engaño.
UBICACIÓN
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